quiero rajarme la tripa y
meter las manos y
sacar todas mis entrañas para
ponerlas encima de la mesa y
mirar en ellas qué es lo que
me hace sufrir tanto y hace que
no pueda caminar erguido y
no me deja ni comer.
quiero mirarlas, ensangrentadas y
viscosas, y ver cómo se retuercen como
me retuerzo yo por su jodida culpa.
quiero querer ver su cara entre
intestinos y bilis y lo único que puedo ver son
intestinos y bilis.
no me alcanza para ver los virus pero
sí para sentir el dolor y
el vacío del hambre, infinito como
el silencio del burdel
en el que todas las putas ya
han muerto de sífilis.
estoy ojeroso, cansado y flaco, y
pienso en su olor, caliente, húmedo en mi
paladar y mi lengua, y lo único que siento
es un pinchazo, agudo, interminable, y
es lo único que siento.
y quiero sacarme las tripas para
entender qué me está pasando, y
verlo todo claro, pero
es imposible.
y como no puedo ni queriendo solo
puedo consolarme con que al menos
mañana saldrá el
sol, que a él le da igual si
tengo gastrointeritis o
no.
4 comentarios:
¿Seguro de que el dolor se encuentre entre las tripas?
Eso depende de ti. El texto es tuyo una vez lo lees, tú le das significado, y si tu interpretación te hace dudar de si el dolor se encuentra en las tripas o no es porque quizá has dado con el significado correcto.
Nunca nada es lo que parece.
Y luego también puedes preguntarte por qué lo he escrito o por qué precisamente ahora, su contexto... me haces preguntas muy comprometidas que tan solo el contexto puede solucionar.
Un saludo, María, y gracias por pasarte y comentar :)
Hasta de las enfermedades más comunes haces poesía... que bueno eres Vico.
Gracias Y. Precisamente de las enfermedades más comunes, del día a día, de las (muchas) putadas y (escasísimas) alegrías es dónde más recursos hay.
Y sin querer ser vanaglorioso he de decirte que tienes razón, que soy bueno (me encanta este texto, y no paro de releerlo, jaja).
Un beso, emigranta!
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