caras diferentes, caras iguales,
encerradas en sus pensamientos, tras sus
auriculares
en un mundo inexistente, en sus recuerdos,
en la música artificial.
caras tristes.
nadie habla en el tren.
todos van camino de sus trabajos, de sus estudios,
de sus suicidios retardados.
nadie me aguanta la mirada.
los hay que duermen: al menos aprovechan el tiempo
en algo útil
y no se hacen pasar por miembros
de una sociedad que no duda en sacrificarlos
en utilizarlos
y luego tirar de la cadena.
tengo ante mí una chica joven,
unos dieciocho años. es guapa.
está estudiando
algo de informática (leo URL, GPL, HTTP
y otras cosas que me provocan
náuseas)
le deseo suerte cuando me bajo
me sonríe.
se sorprende.
-Gracias.
veo marcharse la máquina.
a nadie le importa mi reflexión.
a nadie le importa su vida.
si reventara se convertirían
en un número: saldrían en la tele.
al menos me quedo con su
sonrisa.
no ha sido inútil del todo. menos mal.
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