No tengo ganas ni de
respirar.
Calor poniente.
El jodido valle de los Reyes (¡viva
la República!)
entre la ventana y la pared.
Va a escribir
algo con sentido y lírica
su puta madre.
Me voy a conservar en seco
si esto sigue así.
Ni dioses
ni sin bragas
ni hostias consagradas.
Agua. Agua. Agua. Agua.
Agua. Agua. Agua. Agua.
Hasta luego.
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