Me miró e hizo como que maullaba,
me acarició y se rozó contra mí.
Estaba llena de gusanos:
parasitada.
Y quería darme lástima para que
cuidara de ella,
le diera una buena vida,
de esas fáciles,
de tarjeta de crédito
y chófer en la puerta
pero yo no tenía dinero
ni tampoco ganas
así que la miré y comprendí
que ella había decidido morir
y por eso estaba ante mi puerta
esperando
a que la matara
con una sonrisa.
Lo dejó caer
junto con un bote de barbitúricos.