Alaris Renfe

Esta entrada no es más que un aviso: ¡Cuidado con la renfe, son unos hijos de pé!

Expongo mi caso:

(Estado inicial en el andén de salida: Sin efectivo, cansado y con pinchazos en la tripa)

El domingo, al volver de Madrid vine en un Alaris Atocha - Norte (Valencia), de 19.00h a 22.22h. Hasta aquí todo bien. No voy a comentar el estado en el que se encuentran los asientos, que si bien no hay pintadas sí tienen muchos de ellos roto el sistema de sonido; tampoco diré de la calidad de las películas que pasan, ni de la música. Mi problema es con los horarios.

Un poco después de pasar Játiva aparece en las pantallas el siguiente rótulo: Destino: Valencia Altura: 12m Hora estimada de llegada 22.31

¿Las diez y treintayuno? Espera, hay algo que no va bien. Saco el billete. Miro la hora de llegada. 22.22. Mierda, mierda, mierda, ¡mierda! ¡Joder! ¡Que no vivo en Valencia! El plan era ir de la capital imperial al pueblo de los migouets, esperar 8 minutos y a 22.30 coger el cercanías. Cuando casi estamos llegando me levanto para ponerme cerca de la puerta y no tener que hacer cola. Cada 10 segundos (con un error de 10 segundos) miraba el reloj. Era puntual. Iba a llegar pasando la media.

22.31. Bajo del tren. Miro hacia el andén 1. Está vacío. Me cago en todo lo cagable que vaya encima de raíles. Voy corriendo al panel de horarios. Miro hacia arriba. ¡Aleluya! ¡Milagro! Leo que a y 35 sale llega un cercanías de Castellón (??) y ese mismo tren sale a menos veinte (????). Mi cerebro, que ya había dejado de funcionar se lo cree a pies juntillas. Saco dinero, compro un billete de ida, subo al tren y dos hombres, uno de amarillo fosfi, me miran sorprendidos.

-¿Qué haces aquí?
-Ir a Castellón -contesto, extrañado.
-Lo siento, pero este tren duerme hoy en Valencia.
-¿?
-Sí, ya no salen más trenes hacia Castellón, ¿Has comprado el billete?
-Sí -creo que en ese momento fue cuando se me desencajó la cara del todo, dándoles lástima y pena a los dos empleados.
-Entonces has perdido el billete. Mira a ver si puedes hablar con Atención al Cliente y que te ponga en algún Alaris que vaya para Castellón o algo.

Rápidamente, sin dejar que el corazón dejara de latirme en la garganta me dirijo hacia donde me habían dicho, con la vana esperanza del milagro.

-Buenas noches, verá. Acabo de llegar de Madrid en el Alaris y se ha retrasado casi diez minutos, perdiendo el cercanías que iba a Castellón.

El hombre del traje verde me contó que no había posibilidad de ir ya a Castellón, como no fuera en taxi. Ni tren, ni autobús, ni en mula. Además comentó que desde que cambiaron el horario al tren siempre llegaba diez minutos tarde, y que durante cinco o seis meses tuvo mucho trabajo debido a la gran cantidad de pardillos confiados en el buen funcionamiento que se supone a Grandes Líneas Renfe. Hijos de puta. [Nota mental: Odiar a los que planifican los trenes] Además, como cercanías y grandes líneas no van coordinadas si reclamo lo único que conseguiría sería una disculpa.

Ala, a hacer noche en Valencia. Saco el teléfono, apuradillo de saldo y batería.

-Oye, primo, ¿te quieres ganar el cielo esta noche?