He vuelto.

domingo, febrero 28, 2010

yo soy

yo soy la voz
yo soy la palabra
yo soy el bien
yo soy el mal
yo soy el verbo
y soy el adjetivo
yo soy la salvación
y la condenación
yo soy todo
lo que nunca podrás ser
yo soy el silencio
yo soy el ruido
yo soy el círculo
que envuelve la verdad

yo soy el bautizo
y soy la extremaunción
yo soy el juez
yo soy el verdugo
yo soy el exculpador

y yo soy el diablo
cuando va vestido de dios
y yo soy dios
cuando va desnudo

yo soy la cicatriz
yo soy la herida mal curada
y el muñón
y la reconstrucción perfecta
y el libro de filosofía
y el necronomicón

yo soy el águila
yo soy el escorpión
yo soy quien te dice
lo que no quieres oír
yo soy quintacolumna
yo soy héroe libertador
yo soy un tío bueno
y un estafador

soy tantas cosas que
a veces olvido quién soy

sábado, febrero 27, 2010

gastrointeritis

quiero rajarme la tripa y
meter las manos y
sacar todas mis entrañas para
ponerlas encima de la mesa y
mirar en ellas qué es lo que
me hace sufrir tanto y hace que
no pueda caminar erguido y
no me deja ni comer.

quiero mirarlas, ensangrentadas y
viscosas, y ver cómo se retuercen como
me retuerzo yo por su jodida culpa.

quiero querer ver su cara entre
intestinos y bilis y lo único que puedo ver son
intestinos y bilis.

no me alcanza para ver los virus pero
sí para sentir el dolor y
el vacío del hambre, infinito como
el silencio del burdel
en el que todas las putas ya
han muerto de sífilis.

estoy ojeroso, cansado y flaco, y
pienso en su olor, caliente, húmedo en mi
paladar y mi lengua, y lo único que siento
es un pinchazo, agudo, interminable, y
es lo único que siento.

y quiero sacarme las tripas para
entender qué me está pasando, y
verlo todo claro, pero
es imposible.

y como no puedo ni queriendo solo
puedo consolarme con que al menos
mañana saldrá el
sol, que a él le da igual si
tengo gastrointeritis o
no.

miércoles, febrero 24, 2010

Sin importancia

Hoy perdí la fe en la condición humana.
Hoy perdí la esperanza.
Hoy perdí la pérdida de mí mismo.
Hoy te miré, y te entendí,
y entendí que tras tus ojos azules no había nada.
O todo. O lo de siempre. O lo que yo no soy.
Porque eres incapaz de mirarme cuando follas.
Porque jamás me escribirás una carta de puño y letra.
Porque jamás me llamarás y dirás: me he envilecido.
Y sé lo que soy, qué guardo en mi cerebro,
qué doy, qué tengo, qué quiero, qué espero.
Nada.
Como lo que tú me puedes aportar:
me equivoqué con tantas cosas.
Miento. Quise equivocarme.
Al menos ésto te servirá para conocerme
un poco más.
No me queda nada más que decirte.


PD: Las cosas importan hasta que dejan de importar.

en medio

yo, aquí
tú, ahí
y en medio
todo
menos
tú y yo

martes, febrero 16, 2010

Lluvia

La lluvia cala
mis huesos invernales
deshaciéndolos

__________________


La plutja cala
els meus ossos hivernals
desfent-los del tot


(
mira, Cris!
t'ho he traduït al català i tot!
estic normalitzat!
)

lunes, febrero 15, 2010

Fondo de maquillaje

Blanca nunca fue una persona muy ordenada, sin embargo sí mantenía una escrupulosa y metódica organización en lo referente a los productos de higiene personal, en el maquillaje. Era algo casi automático, un proceso que empezaba y acababa y donde el cerebro siempre quedaba relegado a un agradecido letargo después del duro trabajo que supone madrugar y ducharse. Los miró, puestos a la derecha del grifo según la prioridad de uso y después se miró al espejo, igual que siempre. Se fijó en sus ojos verdes. Le encantaban. Era lo único que le gustaba de su cuerpo minusvalorado. Se fijó en sus labios que le parecían demasiado finos, y en sus orejas, o en su pelo lacio, no del todo perfecto.
Tenía las facciones cansadas, tristes. Más tristes de lo normal. Llevó su atención hacia los productos, tomando la esponjilla, haciéndola rozar sobre el fondo (esa mañana había pensado en aplicarse algo sencillo, poco llamativo; no estaba con ánimos) y llevándola hacia el punto de su mejilla donde siempre aplicaba la primera caricia cromática.
Se detuvo.
La esponjilla estaba a un centímetro de su piel, pero la imagen devuelta por el espejo no era ella. Técnicamente sí, pero con unos cuantos años menos, no le costó reconocerse. Se quedó paralizada, lo único que se desplazaba era una lágrima que, triunfal, paseaba mejilla abajo. Era la niña que llevaba dentro, la que empezó la situación en la que se encontraba, y su mirada le pedía una explicación.
Pestañeó, pero nada cambió. La mirada de ella niña se volvió más dura.
-¿Por qué ha pasado todo ésto? ¿Por qué lo has permitido?
Blanca sentía sus lágrimas resbalándose más y más rápido, hacían lo mismo por su ella niña. Eran las mismas. No podía hablar. La esponjilla cayó desde sus dedos, su mano descendió lentamente. Las respuestas se anudaron en su garganta. Dolía. Como su cabeza, su pecho, su estómago.
-¿Por qué? -repitió ella niña.
Se sentía a punto de desmoronarse. Débil, herida de muerte. Pestañeó.
El rostro, con el pestañeo, perdió vida, piel, carne. Se convirtió en una faz putrefacta, llena de pústulas, sangre, y hueso en algunas partes. Las cuencas de los ojos vacía.
-¿Por qué me has matado?
Un puño agredió la puerta desde fuera.
-¿Quieres salir de una puta vez del baño? Maldita seas.
Se giró, asustada. El pestillo la protegía. Cada una de las sílabas y los golpes en la puerta la atravesaron como si su cuerpo fuera de mantequilla. Hacía tiempo que sus palabras tan solo le causaban sufrimiento, eso y sexo egoísta (ya no podía recordar la última vez que llegó a un orgasmo con él, si es que lo había hecho alguna vez) era lo único que recibía a cambio de su devoción. Cuando volvió al espejo comprobó que su rostro volvió a ser el mismo de siempre, el de la devota de un Dios Caído, un Diablo disfrazado con las ropas que ella le puso. Su cara estaba cubierta de lágrimas, desnuda. Vacía de vida desde hacía años. Por eso era para ella tan importante maquillarse, era no pensar en el asco que se daba a ella misma.
-!Joder! -dijo la desagradable voz masculina.
-¿Era esto lo que querías, Blanca? -masculló, luchando por no volver a sus tres años, por no morir por un abrazo que le dijera que todo estaba bien. Que todo se arreglaría.
Porque sabía que nada se arreglaría ya, se veía sin fuerzas.
Ya estaba muerta.

domingo, febrero 14, 2010

Tiger Lillies again



Los Tiger Lillies actúan en España. Eso es bueno.

El cinco y seis de marzo. Eso también es bueno.

En Málaga. Eso es malo.

Mierda.


¿Alguien se viene?

viernes, febrero 12, 2010

puzzle

me gusta, me atrae, la deseo

y el puzzle de su cabeza
es demasiado sabroso
para mí

(es perfecta)

estoy perdido

martes, febrero 09, 2010

y volvió el gato

las voces callan
los huesos no
palmeras, tierra, gafas
la mar va a embarrancar
maúlla la sombra negra
le va la vida en ello
la lluvia anega el suelo
el gato quiere sofá y comida

sabe lo que hay fuera
su hocico está marcado
y maúlla
es todo esperanza
pero no sabe
que lo di por muerto
por muerto
mil veces por muerto

no es consciente
de sus actos
es un gato
y no ve la rueda
ni sé qué ha podido hacer
ni me importa
sonrío al verlo
jesucristo renacido

-¿has aprendido algo, gato?
restrega su hocico contra
mi cara
sí. él sí -pienso- yo también
a su manera ha aprendido
y yo a la mía
sus heridas hablan por él
mis ideas: tiene suerte de no saberlas

lunes, febrero 08, 2010

fantástico

no puedo luchar
ni contra fantasmas
ni contra ilusiones
ni contra espejismos
ni siquiera tragar la mezcla de
tinta y alcohol
tras echar versos al vino barato
en silencio

solo tengo piel
grasa
huesos
y cicatrices:
recuerdos.
nada del otro mundo
nada especial
lo sé
tolkien jamás me habría usado

uno, cero, uno, cero, uno, cero, uno, cero

la decisión más racional
me digo
es el puto mal menor
me arde la garganta al decirlo

ya lo sabía
libertad ante todo
pero tú no lo eres
estás en otra liga
otro mundo
especies diferentes
me lo temía

y yo que solo me conformaba
con oírte ronronear