He vuelto.

viernes, abril 16, 2010

propiedad privada

alguien dijo
al container lo que es del container
y yo le creo

él no
él toma
él se inclina y mediodesaparece
y saca algo
que ya nunca más será del container

y se lo da a otro que lo acompaña
ya son dos

cáncer
géminis
aries
capricornio

como si importara algo
como si importara alguien
como si de lado a lado del container
hubiera alguna diferencia

él le roba al container
a mí me roban mi tiempo
y a quien no está
representado en estas líneas
(¿tú?)
hace tiempo le robaron el ser

domingo, abril 11, 2010

Agrietando el silencio

Mi cerebro es pequeño, simple y monotarea. Trabajar es una mierda, pero no por eso que estás pensando: no por los horarios, ni por las presiones ni el estrés, ni la obligación que supone, si no porque mi neurona es incapaz de hacer dos cosas creativas diferentes a la vez (y soy tremendamente generoso con mi neurona al considerar el trabajo como algo creativo y no simplemente como un ejercicio de escribir una serie de scripts, rutinario, copypasteado de otros y preguntando hasta por cada punto y coma que escribo).
Pero son las tres de la mañana y acabo de volver de un bar. ¿Qué hago escribiendo aquí? Ah sí, me lo han pedido, y tras pensarlo he llegado a la conclusión que si no es ahora, tras haber llegado de fiesta, con el cerebro girando en alguna dirección sin concretar; no lo voy a hacer hasta, seguramente, dos o tres semanas cuando sea todo definitivo.
Barcelona mola.
El trabajo me gusta.
Creo que me acostumbraré pronto. Es tan diferente a lo que estoy acostumbrado, al pueblo, a la provincia, a ir de turista a la ciudad y pasar unos días. Las mismas calles que he pateado como guiri de chancleta y calcetín ahora me parecen diferentes, aunque tan solo las he transitado una vez desde que estoy allá. O el metro: veo a los extranjeros al salir del curro y pienso que yo antes era uno de esos. Y ahora no. Y luego pienso en que cobraré, y cuando lo haga empezaré a cambiar mi vida, a tener grasa para poder encajar en la vida adulta, por encima de todos los que ahora están en el paro, de todos los que ahora están estudiando, de todos los que son lo mismo que yo era hasta que un golpe de suerte me hizo cambiar de vida.
Lástima que mi cerebro se niegue a aceptar mi nueva realidad y sus funciones recién adquiridas sin destruir las antiguas rutinas pero es que escribir es difícil. Miento y lo sé porque me siento y simplemente me basta con dejar que los dedos vayan solos apretando teclitas para que salgan solas las frases que se van construyendo a medida de que mueren solidificadas en los renglones de los que yo soy un simple catalizador entre su mundo de concreción verbal y los bytes que forman los paquetes que circulan en dirección al servidor de blogger. Lo que se me hace jodidamente imposible es ponerme delante de una pantalla tras estar nueve horas con los scripts; escribir a mano cuesta como cuesta pasarlo después a ordenador y entender mi letra.
Así que os ruego un poco de paciencia, espero haber recuperado la inspiración pronto.

Bueno, al menos ha ganado el Barça (cabrones, podríais haber metido un golito más y habría ganado la porra). No es que me importe, sin embargo he de pensar en la felicidad de los compañeros de trabajo, y me conviene saber de qué hablan cuando comentan el gol de Messi.