He vuelto.

martes, noviembre 06, 2007

Un loco en Egipto (III)

Mi consciencia, en medio de la noche, me despertó a gritos.
-¿Qué haces durmiendo? ¡Tienes que acabar el resumen del viaje por las tierras coptas antes de que se te olvide todo!
-Sí, lo sé -acerté a contestar, entre balbuceante y soñoliento-, mañana me pongo con la tercera parte. Ahora ¡déjame dormir, hostias!
Intentó contesarme, pero mi lámpara se lo impidió. Nota mental: He de conseguir otra, que ésa ya no va a volver a iluminar en su vida.

Asuán.

-¿Ya son las tres? ¡Joder, qué tarde es!
Nos despedíamos de El Cairo con prisas, sueño y teniendo que embarcar a las cinco de la mañana. Como era de suponer llegamos tarde, menos mal que los propicontactos de mi tío nos hicieron saltarnos la cola para facturar. El vuelo a Asuán fue rápido, en menos de una hora estábamos allá, y hermoso, ya que acompañamos al sol en su despertar. Los de las aerolíneas egipcias son unos roñosos, nos dieron sólo cosas para beber, 3 veces, una por cada viaje que hicimos. En ese momento estábamos sin desayunar, con 4 horas de sueño en el cuerpo y lo último que me apetecía era que me preguntaran si quería cocacola o zumo de pomelo para tomar.

En menos de una hora llegamos a nuestro destino. En el aeropuerto nos estaba esperando nuestro guía, un nubio bastante alto y con cara de buena gente (como la mayoría de por allá, no como aquí). Primero nos dirigimos a la famosa presa de Asuán, esa que abastece de energía a todo el país, a parte de Libia y Sudán. La verdad es que estos egipcios son unos derrochones con mal gusto. Como allá no tienen navidad ponen esas lucecitas tan horrendas a todas horas y con cualquier excusa.

Me enteré allá que la presa tuvo colaboración en sus principios por los siempre simpáticos y amorosos rusos, creando una bomba de relojería que si explota arrasaría con todo el país. Supongo que por eso será zona militar, prohibida para turistas. ¿No se fían? Con lo bueno que soy...

Al rato fuimos al barco. Estaba hecho un moco con patas, tanto que me acabé durmiendo en el sofá. Me desperté poco antes de la hora de comer, horario guiri, a las 12. Compañía guiri, todo lleno de apestosos holandeses, tocinetes y rubicundos.

Los templos son impresionantes, recios, altos, medio en ruinas. Se podía respirar la magia de esos lugares, hoy tan denostados por mentalidades capitalistas o de "verdadera religión". Lástima de turistas, sacándose fotos para decir "yo estuve ahí". Gilipollas. Muchos de los templos que visitamos fueron trasladados piedra a piedra debido a la subida del Nilo por la presa de los ingleses (olvidé decir que a finales del XIX, si no me falla la memoria, los ingleses construyeron otra presa, más pequeña. Me refiero a esa), estando ahora junto al Nilo. Es un paraíso, sobre todo Philae. Digno de ver.

Se nos ofreció dos excursiones extra: una a Abu Simbel y otra al poblado nubio, excluyentes. No fuimos a Abu Simbel, eso lo dejo para otro viaje. Creo que elegimos bien, ya que con el poblado nubio se incluía un paseo en barca por el Nilo, un baño (¡cuidado, turistas! hay un gusano parásito que vive en las aguas del río, se mete en el cuerpo por los poros de la piel de los pies y sube hasta los intestinos, donde se apalanca y empieza a merendárselos. Es mortal de necesidad), y un paseíto en camello hasta el pueblo.

El poblacho mola, está lleno de negritos, donde se casan primos con primas, con casas de adobe de techo circular (dicen que ayuda a disipar el calor) y donde hacen tatuajes con genna. Sí, yo también, me hice un escorpioncete en la mano que imprimí en las sábanas mientras dormía.

El viaje fue muy de tranquis, nos pasamos muchas horas en el barco.

El siguiente día fuimos a ver otros dos templos. El primero fue el de Asuán propiamente dicho. Un templo doble dedicado a dos dioses, Horus y a Socket (espera, no creo que se refiera a este Socket pero bueno, mi memoria no es lo que era). Por la tarde el de Kom-ombo. ¡Joder, qué calor! Estaba en medio de una explanada, entre piedras que de tanto sudar ya habían perdido el color (no como los murales, algunos conservan el color). Ni echamos fotos. Me pregunto cómo aguantan esos guiris con la piel quemada. Masocas.

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