Me hiere la soledad de tu mirada,
que estando rodeada
busca alguien que le dé la mano.
Me asusta la hosquedad de tus gestos,
lastrados por el peso de las cadenas
que voluntariamente arrastras.
Me preocupa el mutismo de tu boca,
sellada por las hoscas
palabras con las que te has silenciado.
Me duele tu actitud ante los días,
tu sonrisa con desdicha,
tus lunas de medianía,
tu decisión de enterrarte en vida.
Me lastima que camines a favor de la corriente,
siendo consciente
del abismo que hay al final.
Me alarma la fealdad de tu belleza,
limitada a la corteza
de la receta del éxito industrial.
Me inquietan las arrugas de tu alma,
que en tu cara
se reflejan por mucho que quieras enterrarlas.
Me apena la línea recta de tus pasos,
los vasos llenos de lágrimas,
la nostalgia de un nombre olvidado,
los oxidados besos de tus fríos labios.
*Imagen de http://www.siporcuba.it/cc-qua-sandra.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario