He vuelto.

lunes, noviembre 17, 2008

Hiperconsciencia


La sensación de superioridad,

de seguridad,

el saberse inmortal, inalcanzable

por el caprichoso dedo del destino,

hace que mi corazón aúlle.

La inconsciencia.

La hiperconsciencia.

Los deseos esparcidos queman sobre las

sonrisas

de todas las complacientes señoritas

de compañía,

interesadas por algo que creen,

una ilusión tan fácil de construir.

Seducción.

La velocidad en la cara,

las luces huyendo, la luna tras la

lluvia más allá de la luna.

La música late a todo volumen.

La química corre desbocada en la cabeza.

Todo soy yo. Yo soy todo.

Una rubia de mil nombres

busca algo en mi piel. Sé qué es.

Tengo cocaína en la clavícula.

Su nariz... la desea.

Yo la deseo.

Acelero.

Esta noche me la follaré

con el corazón en la garganta.

-Te quiero -miente.

Su mano desciende por mi pecho...

...me busca.

Dos cadáveres, dos muertos.

Dos animales llevados por la pasión.

Acelero.

Espero que Mefistófeles

no se acuerde de mí esta noche.

3 comentarios:

Isa dijo...

umm... contundente... Muy bueno.

Por cierto... tu no ibas a cambiar de tema un poquejo?? Demasiadas vivencias en este campo? ;)

Diang Lugo dijo...

Fantástico. Me encanta este tipo de lectura que nos brindas.
Y yo particularmente soy partidaria de que no cambies el estilo, es muy bueno...

vicente dijo...

Gracias, muchas gracias a las dos :)

Sí que me gustaría probar nuevos campos... volver al relato o algo así, pero mira, por ahora no tengo ganas de investigar nuevos (o viejos) terrenos. Estas cosas vienen solas, cuando y como quieren.

Un saludo