He vuelto.

domingo, noviembre 30, 2008

16 del 30.6


El placer que provoca desmontar

la cabeza, neurona a neurona,

y reconstruirla dejándolo todo

del revés es algo que... joder...

me faltan las palabras...

es una sensación tan extraña...

Sí, ya sé, la agonía

sigue estando ahí, pero las canciones

suenan diferentes. Algo falla.

Es como si yo no fuera yo.

Es como si enredaderas de notas

subieran por mis sienes, creando mosaicos

tan coloridos...

tan dolorosos...

Subo el volumen, el corazón me late

al ritmo de dieciséis balas

del calibre treinta punto seis;

dieciséis balas que me agujerean,

que me hacen comprender que las cosas

son siempre iguales, todas

ellas, salvo matices,

lo único que

difiere es la profundidad

de la resaca.

sábado, noviembre 29, 2008

Piromanía


Nunca había querido contarme su historia,

ni hablar de cómo había llegado

hasta ese punto de

descontrol en el que se encontraba.

Lo único que me había revelado

de su anárquica historia

lo contaba a través del graznido del vaso

al chocar contra la mesa,

pidiendo más alcohol.

Cuando lo escuché cinco veces

en menos de un minuto

empecé a comprender:

algo iba mal en su vida.

Su vidriosa mirada se abrió

de par en par.

Una capilla encontré

entre el cristalino y la retina,

con un lienzo al fondo, compuesto

a base de parches de papel moneda

y tiempo gastado en construir

algo que (no sé por qué

se extraña tanto) siempre

ha acabado por derrumbarse.

En vez de cúpula una gran vidriera

dejaba pasar una luz extraña:

sus colores, entre pastel y lúgubre,

hablaban de un modelo, un

arquetipo,

un objetivo irrealizable.

Bajo semejante faro

nada podía brillar con luz propia,

acelerando su fin.

Pude ver en medio un hombrecillo

con su aspecto,

con bidones de una gasolina

con aromas etílicos a su alrededor

y tres cerillas en la mano derecha.

Su torva sonrisa proyectaba

una irrefrenable piromanía;

quién sabe: hoy, mañana...

acabará en el buche

de alguno de los buitres

de tirada nacional.

martes, noviembre 25, 2008

Sombras (XI + 0.5)

-Ha sido todo muy... muy confuso -La cabeza le daba vueltas. Tenía la sensación de que había renacido, sacando la cabeza desde la más profunda de las oscuridades del alma. Se sentía renovado, diferente. Ahora lo veía todo claro. Lo sucedido se refractaba en mil colores, bailando como recuerdos borrachos de vida-. Necesito un pitillo.
Melania, rápida, encendió y le extendió el último de los cigarrillos que le quedaban, con el pulso tembloroso. No podía quitarse el olor a muerte que infectaba sus fosas nasales, la mirada vacía de la figura que estuvo apuntándoles con un arma y que, milagrosamente, habían podido dejar atrás. Habían vuelto los recuerdos reprimidos de su niñez, los mismos que le hicieron seguir el duro camino que había recorrido como dueña de su destino en el sórdido mundo en el que conscientemente se había movido.
Los ojos de Luna brillaban. Lo había dado por muerto, y parte de su ser había empezado a marchitarse inexorablemente por el peso del cadáver a medida que se hundía inerte en el paso del tiempo.
El humo penetró hasta el último alveolo de sus pulmones viciándolos. No podía quitarse de su cabeza los ojos reptilianos del demonio que había estado jugando con él. Por suerte había podido escapar, había estado al borde de la muerte; había escapado a su destino cíclico. Empezó a recordar cosas de la experiencia: sus anteriores nombres, la evolución de su aspecto, la repetición de una historia. Ató cabos.
-¿Por qué? -susurró.
-¿Dices algo, mi amor? -Luna, excitada por la alegría, era incapaz de reprimirse. Su brazo envolvía a su compañero, su mirada era incapaz de esconder la vastedad de sentimientos que albergaba por él.
-¿Por qué... me persigue? He de encontrarlo.
-Está muerto -Melania, un poco más alejada, interrumpió.
-No. Está aquí. Está cerca. Sé que volverá. Lo presiento.
-Ahora descansa -dijo Luna-, mañana será otro día.
-Será lo mejor -confirmó desde su posición más alejada la hermana mayor, reflexiva-. Buenas noches.

domingo, noviembre 23, 2008

Utopía


-Espera que piense -hice una pausa, reflexionando entre una multitud de datos, de recuerdos y fantasías-, ha de estar bien buena, que me quiera y no llegue a aburrirse de mis ocurrencias.
-Sí, claro, eso queremos todos.
-¡Ah -exclamé-, y que no me cueste dinero!
Estallamos en mil carcajadas incontroladas, séquito burlón de aquella pequeña verdad madre de tantas frustraciones.
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Imagen extraída de la película "Coffee and cigarettes" de Jim Jarmusch. El texto no tiene nada que ver.

sábado, noviembre 22, 2008

La cena


Me dejo llevar por la corriente, flotando dentro de una pequeña caja de zapatos. La maraña eterna que es tu pelo, caótico y enredado, se derrama sobre mí atrapándome. Quedo enterrado bajo su peso. Me resisto. Forcejeo sabiendo que lo único que puedo conseguir es acabar como un simple adorno más en tu melena. Me deslizo lentamente como una gota de agua por entre los pocos mechones libres que te quedan, expandiéndome para envolverte. ¿Qué pensabas, que no sé jugar? La ropa va deslizándose atraída por la gravedad. Tu piel desnuda es un mapa muy fácil de leer con los dedos: necesidad, carencia, fuego secuestrado. Eres transparente a través los labios que, encendidos, intentan morderme: pretenden castigarme. Parece todo tan fácil, nos dejamos llevar por tus latidos, atándonos a través de palabras pronunciadas con contacto físico. Recorro el Valle de los Reyes coronado por tus pezones rosados extendidos hacia el cielo debido al arco que es ahora tu espalda. Te estremeces cuando los profano con mis afilados dientes.
Dejo atrás el ombligo, tan sensual a desde su contraluz como la mirada que se esconde tras tus párpados relajados. Con la lengua empiezo a abrir tu piel, como el bisturí que sin piedad continúa su lento avance, lento pero seguro, buscando revelar al mundo los secretos que se esconden tras los primeros velos. Tus entrañas no tienen secretos para mí aunque hasta hace cinco minutos ni te conocía, a tientas me sumerjo hasta tu corazón en pie de guerra, expectante. Pinceladas de saliva a interavalos irregulares: no es el contacto, sino la ausencia de él lo que incendia las fantasías. La incertidumbre como amante descarnada.
-¡Fóllame ya! -gritas, incapaz de controlar el orgasmo que se desencadena desde tu entrepierna.
Lucho contra los movimientos eléctricos de tu cadera, me alimento de ti hasta llevarte a la extenuación sin siquiera dejarte un segundo para recuperar el aliento, no es mi intención dejar que seas consciente de tu nuevo lugar en la cadena trófica. Aún no lo has entendido: yo soy un vampiro y tú mi cena.

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La imagen la he robado de aquí. Ahora soy bueno y pongo mis fuentes.

lunes, noviembre 17, 2008

Hiperconsciencia


La sensación de superioridad,

de seguridad,

el saberse inmortal, inalcanzable

por el caprichoso dedo del destino,

hace que mi corazón aúlle.

La inconsciencia.

La hiperconsciencia.

Los deseos esparcidos queman sobre las

sonrisas

de todas las complacientes señoritas

de compañía,

interesadas por algo que creen,

una ilusión tan fácil de construir.

Seducción.

La velocidad en la cara,

las luces huyendo, la luna tras la

lluvia más allá de la luna.

La música late a todo volumen.

La química corre desbocada en la cabeza.

Todo soy yo. Yo soy todo.

Una rubia de mil nombres

busca algo en mi piel. Sé qué es.

Tengo cocaína en la clavícula.

Su nariz... la desea.

Yo la deseo.

Acelero.

Esta noche me la follaré

con el corazón en la garganta.

-Te quiero -miente.

Su mano desciende por mi pecho...

...me busca.

Dos cadáveres, dos muertos.

Dos animales llevados por la pasión.

Acelero.

Espero que Mefistófeles

no se acuerde de mí esta noche.

domingo, noviembre 09, 2008

Líneas


Fina es la línea que separa la genialidad de la estupidez y, joder, no sé dónde tengo los pies.

viernes, noviembre 07, 2008

Bobadas

No sé susurrar:

aúllo bajito, bajito. Sin aliento.

Sin aire.

Me duele al intentar gritar,

me aturrulla el dolor

que se produce

al vaciar mi cuaderno.

Mi voz se la lleva

la marea de ruidos,

las corrientes

(de mierda, joder, todo

es mierda. Todo. ¡Todo!

¿Es que no lo ves? ¿No

te das cuenta?)

convergentes.

Que me escuche quien quiera,

porque no todo lo que digo

está hecho con tinta de

frustración.

Y mientras otros,

para exorcizarse,

buscan putas

(o le meten sesenta hachazos

a su muñeca de porcelana. Es

lo mismo, simple cuestión de

perspectiva)

yo me dedico a hacer

lo que peor sé hacer:

eyacular bobadas

como quien se masturba

con una peli de amor

entre pornstars

jugando a lesbianas.

Que me lea quien quiera,

es fácil.

jueves, noviembre 06, 2008

Definición de amor


Isa: Te prefería cuando estabas enamorado.
Vico: Yo también me prefería cuando follaba regularmente.

lunes, noviembre 03, 2008

Noche tranquila

Esta noche quiero silencio

salpicado por algo de música

(me apetece algún blues

de alma quemada).

No quiero saber nada del exterior,

no quiero nada.

No quiero oírte

dando vueltas sobre

un mismo eje:

hablas demasiado,

siempre la misma historia,

¿cuantas veces la he oído?

no es cosa tuya, pero...

...sinceramente...

puedes irte a la mierda.

Mañana, dentro de un puñado

de horas,

te esfuerzas en que te escuche,

soy muy comprensivo

y todo lo que tú quieras.

Ahora no.

¿Por qué no reímos

un rato y nos dejamos

de películas?

Si quieres irte lo entenderé.

Eso sí, si te quedas,

ni se te ocurra

apagar el transistor.

sábado, noviembre 01, 2008

Llegas tarde


Llegas tarde, como siempre,

llegas cuando ya no queda nadie.

Llegas cuando llegas,

cuando las luces se apagan.

Llegas al alba.

Llegas a media noche.

Llegas entre sueños, entre voces,

entre esperas de dulce esperar.

Llegas con alcohol,

llegas sin control,

llegas de fuego, todo arde.

Llegas sin bragas.

Llegas sin yagas.

Llegas como yo quiero.

Llegas "me he dejado el reloj",

llegas tras mi último euro.


Pero siempre llegas

cuando haces falta:

cuando no te necesito.