He vuelto.

miércoles, noviembre 16, 2011

Trotando en la estepa

La estepa, fría, espera, junto los clavos que aprendieron a esconderse tras las sonrisas. Como los clavos que atravesaron las muñecas de Jesucristo a cambio de la redención, sin embargo la redención es papel mojado del contrato de vida que firmé el día en el que me di cuenta de que el as de corazones pesa más que la pluma de la balanza de Anubis.

¿Y si? Se tatúan las alas de las mariposas en el mar.
¿Y si? Ladra el Can Cerbero cuando huele su cena.
¿Y si? Conminan las prostitutas de Babilonia, la misma Babilonia que construyó una torre para mirar a los ojos a Dios.

Los jinetes del Apocalipsis caben en una uña, en un monosílabo, en una palabra aguda.
Me derribé a mí mismo montado en mi chucho, no puedo seguirlos. La estepa me abraza. De nuevo. Soledad y tundra, hierba alta al suspiro de la llama, hienas y larvas.
¿Y si? Suspiro yo también, bajo estrellas veladas, bajo lluvia y bajo nieve.

¿Y si se me hubiera ocurrido llevar una manta?

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