He vuelto.

viernes, diciembre 19, 2008

Talk Show

Cada día me gusta más la televisión. Hoy, cuando he llegado a casa después de un largo día de trabajos forzosos la he encendido e invitado a entrar en un programa llamado... a ver, espera... no recuerdo el nombre, es uno de esos conocidos como "talk show"; a un lado del plató la presentadora, una mujer menor de treinta años, guapa y desenvuelta que ofrecía una expresión amable sobre sus facciones, escuchaba de pie a la invitada, otra fémina post-adolescente vestida con ropas ajustadas, pelo lacio y enormes aros como pendientes.
Por suerte llegué poco después de la presentación de la chica, y aunque no recuerdo su nombre sí me escuché atentamente su historia, sorprendente y emotiva a partes iguales. Eso sí, tuve que hacer de tripas corazón y perdonar la extraña costumbre de la invitada de remarcar más de la cuenta la letra s.

-...es que, o sea, cuando le he preguntado eso nunca me ha contestado, se queda callado. Me cuesta saber lo que piensa, ¿sabes?
-Imagino. ¿Y de todo lo que has contado qué es lo que más te molesta?
-Que siempre esta rodeado de perras.
-¿Perras? -preguntó la presentadora, sobreactuando a través de una mueca de sorpresa digna de Oscar al mejor guión adaptado.
-Sí, o sea, ya sabes, de esas callejeras, que van metiendo sus hocicos en cualquier parte.
-Parece que no te gustan nada sus compañías.
-Nada, y encima tiene el morro de decir que son sus amigas, ¿sabes?
-Si son sus amigas no entiendo cómo puedes mosquearte, ¿te consideras celosa?
-Es que no me gustan nada, ¿sabes?, creo que son una mala influencia. Yo he puesto mucho por mi parte en esta relación, a mis padres nunca les gustó que saliera con un chino, y él sigue haciéndolo todo igual. Es incapaz de cambiar, ¿sabes?
-Bueno, ¿qué te parece que le preguntemos a él? Por favor, ¡que entre nuestro próximo invitado!
Aproveché el momento en el que la chica abandonaba temporalmente el plató y entraba su chino para ir a la cocina a por una cerveza, que la discusión prometía. Al volver me encontré con un plano americano de la presentadora, esta vez exagerando la dureza de su expresión.
-¿Ves? Cuando le preguntas sobre esto no contesta nada -la voz de la invitada subió de tono hasta poder ser considerado sin problemas como un molesto pitido. El plano cambió a ella-, ¡siempre hace lo mismo!
-Por favor, Chow, tu novia acaba de decir que le molesta que te muevas en compañía de... perras. ¿Nos quieres contestar y decirnos qué piensas de todo esto?
La cámara se centró en su novio: un saco de unos 20kg de comida para perros marca Dog Chow que, a la defensiva, se negaba a mostrar que podría ser considerado como algo más que un objeto inanimado.

No pude evitar emocionarme con la historia. Una lagrimilla se escapó de una de mis glándulas lacrimales mientras era incapaz de contener una risa estúpida.

2 comentarios:

[..La chica triste que te hacía reír..] dijo...

La verdad, Vico, es que tengo un serio problema a la hora de ponerme a escribir ultimamente. Primero es la falta de tiempo y en segundo lugar, las ganas de que me lea quien no quisiera que lo hiciera.
Siempre hablo de mí, de mí, de mí y de mí. Soy egocéntrica a la hora de escribir y todo son mis sentimientos. En estos momentos, no quiero que quien no debe saberlo se pase de listo y se coma ningún bordillo. Así que de momento, me mantengo en Standby y cuelgo canciones que dicen por mí pero sin decirlo yo misma.
Bueno, no se si me entenderás pero la proxima vez intentaré no decepcionar.

vicente dijo...

No pasa nada. Pretendía que fuera una broma, pero ya sabes cómo es esto de escribir; espero no haberte molestado con mi comentario.

Nunca decepcionas.

Te entiendo perfectamente, un blog quizá es un escaparate demasiado amplio, sobre todo si escribes desde las emociones más profundas. Precisamente por la exposición que supone escribir me escudo tras un personaje, pero éste se alimenta de mis pensamientos y a veces he de borrar lo escrito por ser demasiado "yo". Por eso solo hablo de idioteces y resacas.

Ale, ánimo, y gracias por dar señales de vida ;)